Versículos de la Biblia sobre la Clarividencia. Deuteronomio 18:9-12 : 9 Cuando hubieres entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás á hacer según las abominaciones de aquellas gentes.10 No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo ó su hija por el fuego, ni practicante de adivinaciones, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,
¿Qué dice la Biblia de apartarse del mundo?
El Señor espera que abandonemos las iniquidades del mundo y vivamos del modo que corresponde a los santos – Vivimos en un mundo malvado e inicuo; pero aunque estamos en el mundo, no somos del mundo. Se espera de nosotros que venzamos al mundo y vivamos del modo que corresponde a los santos Tenemos mayor luz de la que el mundo tiene y el Señor espera más de nosotros de lo que espera de ellos.
- En el capítulo diecisiete de Juan —que me es difícil leer sin lágrimas en los ojos— nuestro Señor, al orar a Su Padre con toda la ternura de Su alma, puesto que sabía que había llegado la hora en que Él había de ofrecerse como sacrificio, rogó por Sus discípulos. En esa oración dijo:
- ‘No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
- ‘No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
- ‘Santifícalos en tu verdad; tu palabra es la verdad’ ().
- Si vivimos la religión que el Señor ha revelado y que hemos recibido, no pertenecemos al mundo; no debemos tomar parte en toda la insensatez de éste, ni participar de sus pecados y sus errores —errores de filosofía y errores de doctrina, errores en relación al gobierno, o cualesquiera que esos errores fueren— no debemos tomar parte en ello.
En lo único en que sí hemos de tomar parte es en guardar los mandamientos de Dios. Eso es todo; ser fieles a todo convenio y toda obligación que hayamos aceptado y tomado sobre nosotros. No interpreten a partir de lo que he dicho que yo creo que hemos de mantenernos apartados de todas las personas que no formen parte de la Iglesia y no relacionarnos con ellas.
- Yo no he dicho eso, pero sí deseo que seamos Santos de los Últimos Días constantes, y si las personas del mundo andan en oscuridad y pecado, y en contra de la voluntad del Señor, allí es donde hemos de establecer el límite.
- Cuando nos unimos a la Iglesia se espera que abandonemos muchos de los hábitos del mundo y vivamos como es digno de los santos.
Ya no hemos de vestir, hablar, actuar, ni aun pensar como otras personas lo hacen a menudo. Muchas personas en el mundo consumen té, café, tabaco y licor, y se hallan involucradas en el uso de drogas. Muchas usan lenguaje profano y son vulgares e indecentes, inmorales e impuras en su vida, pero todo eso debe ser ajeno a nosotros.
Somos los santos del Altísimo Exhorto a la Iglesia y a todos sus miembros a abandonar las iniquidades del mundo. Debemos rehuir la falta de castidad y toda forma de inmoralidad, cual lo haríamos con una plaga Como siervos del Señor, nuestro propósito es andar por el sendero que Él nos ha trazado. Deseamos no solamente hacer y decir aquello que le complazca, sino que procuraremos vivir de tal manera que nuestra vida sea como la de Él.
Deseo decir algunas palabras en cuanto a observar y santificar el día de reposo. Ese mandamiento se dio en el principio, y Dios mandó a los santos y a todos los pueblos de la tierra que observaran el día de reposo y lo santificaran; un día de cada siete.
- En dicho día debemos descansar de nuestras obras, ir a la casa del Señor y ofrecer nuestros sacramentos en Su día santo; porque es un día que se ha señalado para descansar de nuestras obras y rendir nuestras devociones al Altísimo,
- Ese día hemos de ofrecerle a Él nuestro agradecimiento y honrarlo mediante la oración, el ayuno, el canto, y al edificarnos e instruirnos mutuamente.
El día de reposo ha llegado a ser un día de placer, de diversión; cualquier cosa menos un día de adoración y lamento decir que demasiados miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días —aunque uno ya sería demasiado— se han sumado a esa conducta, y algunos miembros de la Iglesia consideran el día de reposo como un día de diversión, de placer, en lugar de un día en el cual podemos servir al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, mente y fuerza Ahora bien, ésta es la ley de la Iglesia hoy en día, tal como fue la ley para el Israel de antaño, y alguna de nuestra gente se molesta bastante puesto que sienten que observar el día de reposo restringe sus actividades.
No tenemos derecho a quebrantar el día de reposo Lamento mucho que, incluso en las comunidades de los Santos de los Últimos Días, algunas personas no consideran esta doctrina como deben hacerlo; lamento que tengamos entre nosotros quienes parecen creer que está perfectamente bien seguir las costumbres del mundo en ese sentido.
Son partícipes de las ideas y conceptos del mundo que quebrantan los mandamientos del Señor. No obstante, si hacemos eso, el Señor nos tendrá por responsables, y no podemos quebrantar Su palabra y recibir la bendición que corresponde a los fieles. La Palabra de Sabiduría es una ley básica.
- ‘Y todos los santos que se acuerden de guardar y hacer estas cosas, rindiendo obediencia a los mandamientos, recibirán salud en el ombligo y médula en los huesos;
- ‘y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos;
- ‘y correrán sin fatigarse, y andarán sin desmayar’,
Se gastan miles de millones de dólares al año en tabaco y en bebidas alcohólicas embriagantes. La ebriedad y la inmundicia que esos males acarrean a la familia humana socavan no sólo la salud, sino los baluartes morales y espirituales del género humano.
Se están destruyendo familias debido al creciente uso de drogas ilegales y al abuso de drogas legales. No debemos prestar atención a persuasiones y a la inicua publicidad de lo que es perjudicial para el cuerpo y está condenado por nuestro Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo, y que está en contra del Evangelio que Ellos nos han dado Nuestros cuerpos deben estar limpios; nuestros pensamientos también deben estarlo.
Debemos tener en el corazón el deseo de servir al Señor y guardar Sus mandamientos; de recordar orar y de procurar con humildad los consejos que se reciben a través de la guía del Espíritu del Señor. El Señor reveló la Palabra de Sabiduría al profeta José Smith a fin de ayudar a los santos a recibir fortaleza física y espiritual. Debemos estimar el nombre de la Deidad con el respeto más sagrado y solemne. Nada molesta tanto ni perturba los sentimientos de una persona refinada como oír a alguna persona tosca, ignorante o impura usar desaprensivamente el nombre de la Deidad.
Algunas personas han llegado a ser tan blasfemas que parecería que les fuera casi imposible decir dos o tres frases sin el énfasis —como ellos lo consideran— de una frase vulgar o blasfema. Asimismo hay algunas personas que parecen pensar que usar un vocabulario blasfemo es una virtud varonil y que los eleva sobre el común de la gente La inmundicia en cualquier forma es degradante y destructiva para el alma, y todo miembro de la Iglesia debe evitarla como si fuera un veneno mortífero.
Con frecuencia un buen relato se ve arruinado sencillamente porque el autor no ha entendido el uso apropiado de los nombres sagrados. Cuando se ponen expresiones blasfemas en boca de personajes que de otro modo serían respetables, en lugar de realzar el relato se le resta valor e interés ¡Cuán extraño es que algunas personas —incluso personas que son buenas— piensen que usar alguna expresión que incluye el nombre del Señor añade interés, humor o elocuencia a sus relatos! Más que cualquier otro pueblo de la tierra, los Santos de los Últimos Días deben estimar con la máxima santidad y reverencia todo aquello que es santo.
A la gente del mundo no se le ha instruido como a nosotros en tales asuntos, a pesar de que hay muchas personas honrosas, religiosas y refinadas. Sin embargo, nosotros tenemos la guía del Espíritu Santo y de las revelaciones del Señor, y Él nos ha enseñado de manera solemne en nuestra propia época el deber que tenemos con relación a tales cosas.
Los Santos de los Últimos Días no deben seguir las modas y la falta de modestia del mundo. Nosotros somos el pueblo del Señor; Él espera que llevemos una vida pura y virtuosa, que conservemos nuestros pensamientos limpios y la mente pura, y que nos mantengamos fieles en la observancia de todos Sus otros mandamientos.
¿Por qué hemos de seguir al mundo?, ¿por qué no podemos ser modestos?, ¿por qué no podemos hacer las cosas que el Señor desea que hagamos?. Al caminar por la calle en dirección del Edificio de Oficinas de la Iglesia y de regreso, veo mujeres tanto jóvenes como mayores, muchas de ellas ‘hijas de Sión’, que visten con falta de modestia,
Comprendo que los tiempos y las modas cambien el principio de la modestia y el decoro sigue siendo el mismo Las normas que han expresado las Autoridades Generales de la Iglesia indican que las mujeres, y también los hombres, deben vestirse con recato.
Se les enseña la conducta adecuada y la modestia en todo momento. A mi modo de ver, es triste la imagen que reflejan las ‘hijas de Sión’ cuando se visten con falta de recato. Es más, esto que digo se aplica a los varones tanto como a las mujeres. El Señor le dio mandamientos al antiguo Israel de que tanto los hombres como las mujeres deben cubrirse el cuerpo y cumplir con la ley de castidad en todo momento.
Hago un llamado a la modestia y la castidad, y a todos los miembros de la Iglesia, varones y mujeres por igual, para que sean castos, puros en su vida y obedientes a los convenios y mandamientos que el Señor nos ha dado El uso de ropa inmodesta, que puede parecer un asunto menor, les quita algo a nuestras jóvenes y a nuestros jóvenes de la Iglesia.
¿Qué dice la Biblia acerca de la motivación?
Isaías 40:28-31 – ¿No lo sabes acaso? ¿Nunca lo has escuchado? El Señor es un Dios eterno, él crea los confines de la tierra: no se fatiga ni se agota, su inteligencia es inescrutable. Él fortalece al que está fatigado y acrecienta la fuerza del que no tiene vigor.
¿Cómo llegar a la meta según la Biblia?
El fijarnos metas que merezcan la pena nos brinda una dirección a seguir. – ‘No desperdiciarás tu tiempo, ni esconderás tu talento en la tierra para que no sea conocido’ (D. y C.60:13). ‘Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?’ (Lucas 14:28).
El obispo John H. Vandenberg, en ese entonces Obispo Presidente de la Iglesia: ‘Creo que el fijar metas es absolutamente necesario para tener una vida feliz; sin embargo, la meta es solo una parte del procedimiento para lograrla. Debemos saber qué decisiones debemos tomar para alcanzar esa meta. En muchos casos nos fijamos metas a largo plazo, pero descuidamos las de corto plazo.
Con esos planes a corto plazo, es necesario ejercer disciplina en nuestros hechos— estudiar cuando sea el momento de estudiar, dormir cuando sea el momento de dormir, leer cuando sea el tiempo de leer, y así sucesivamente— no permitiendo que estas actividades se sobrepongan de manera incongruente, sino obteniendo plenamente nuestras recompensas y bendiciones por el tiempo invertido en una actividad en particular’ ( Conference Report, abril de 1966, pág.94).
- Élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles: ‘Primero, reflexionen sobre sus vidas y establezcan un orden de prioridades.
- Dediquen regularmente unos momentos de paz para pensar profundamente a dónde quieren llegar y qué deben hacer para lograrlo.
- Jesús, nuestro ejemplo, muchas veces ‘se apartaba a lugares desiertos, y oraba’ (Lucas 5:16).
Nosotros necesitamos hacer lo mismo de cuando en cuando para renovarnos espiritualmente como el Salvador lo hizo. Anoten diariamente lo que desean hacer en el día, y al hacerlo, lo primero que deben tener presente son sus convenios sagrados con el Señor.
‘Segundo, fijen metas a corto plazo que sean alcanzables; metas bien equilibradas; no muchas ni muy pocas, y no muy altas ni muy bajas. Pónganlas en una lista y esmérense por alcanzarlas según su orden de importancia. Al fijarnos metas, siempre debemos pedir la guía divina en oración’ (‘El equilibrio en las exigencias de la vida’, Liahona, julio de 1987, págs.12–14).
El élder Ben B. Banks, en ese entonces miembro de la Presidencia de los Setenta, habló sobre un viaje que hizo en bicicleta con su familia: ‘Durante el tercer día de nuestro viaje aprendí que, aunque tengamos que luchar cuesta arriba en la vida, nuestra actitud determinará cómo afrontaremos las dificultades.
- Ese día cruzamos tres veces la Divisoria Continental (línea que divide las aguas fluviales que corren en direcciones opuestas), subiendo de 1.400 a 2.500 metros de altura.
- Para subir en bicicleta los pasos empinados de una montaña se requiere la actitud correcta si se desea llegar a la altitud deseada, y lo mismo ocurre en la vida.
Aprenderán autodisciplina y lograrán mucho al establecer metas que valgan la pena y al concentrarse en ellas. Es cierto que hubo momentos en los que el subir por las cuestas empinadas de la montaña me resultaba casi inaguantable, pero como me había concentrado en mi propósito, no me di por vencido’ (véase ‘Este sendero que llamamos vida’, Liahona, julio de 2002, pág.47).
- Presidente Ezra Taft Benson, decimotercer Presidente de la Iglesia: ‘Todo hijo de Dios que sea responsable de sus hechos debe establecerse metas, tanto a corto como a largo plazo.
- La persona que lucha por lograr metas dignas podrá dominar muy pronto el desaliento, y una vez que haya logrado una meta puede imponerse otra.
Algunas serán continuas. Todas las semanas, al tomar la Santa Cena, nos comprometemos a las metas de tomar sobre nosotros el nombre de Cristo, recordarlo siempre y guardar Sus mandamientos. Las Escrituras dicen, con respecto a la forma en que Jesús se preparó para Su misión, que ‘crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres’ (Lucas 2:52).
- En este proceso hay cuatro aspectos en los que se pueden establecer metas: el espiritual, el mental, el físico y el social.
- Por lo tanto, ¿qué clase de hombres habéis de ser?, preguntó el Maestro, y Él mismo contestó: ‘En verdad os digo, aun como yo soy’ (3 Nefi 27:27).
- Ahí tenemos una meta que nos llevará toda la vida alcanzar, la de seguir Sus huellas, perfeccionarnos en toda virtud como Él lo hizo, procurar ver Su faz y esforzarnos para hacer firme nuestra vocación y elección’ (véase ‘No os desalentéis’, Liahona, marzo de 1987, pág.5).
Élder Joseph B. Wirthlin, del Quórum de los Doce Apóstoles: ‘Los maratonistas se fijan metas claras, de manera que ustedes deben mirar hacia delante y decidir lo que quieren hacer con sus vidas. Fijen claramente en su mente lo que quieran ser de aquí a uno, a cinco o a diez años y más allá.
- Obtengan su bendición patriarcal y esfuércense por vivir dignos de las promesas que encierra, ya que una bendición patriarcal es una de las guías más importantes que los miembros de la Iglesia tienen en esta vida.
- Escriban sus metas y repásenlas regularmente; ténganlas a la mano constantemente, anoten su progreso y hagan cambios cuando sea necesario.
Su meta final debe ser la vida eterna, la vida que Dios vive, el más grande de todos los dones de Dios’ (véase ‘El maratón de la vida’, Liahona, enero de 1990, pág.71). Élder Marvin J. Ashton: ‘Comencemos con determinación e inmediatamente a fijarnos metas relacionadas con el Evangelio, sabiendo que si empleamos los talentos que poseemos que si ayudamos a otras personas, que si procuramos la paz, que si evitamos ser demasiado sensibles o demasiado críticos recibiremos mayor capacidad y nos desplazaremos al instante hacia un crecimiento mayor, hacia más felicidad y hacia más dicha eterna’ (véase ‘Ipso Facto’, Liahona, julio de 1983, pág.47).